viernes, 10 de febrero de 2012

Saltando rayuelas

-Mirá a los pibes -dijo el linyera. Era lo primero que decía después de una larga ausencia. Nunca daba explicaciones, simplemente reanudaba como si nunca se hubiera ido-. Rayuela -señaló.
Vi que tres pibes saltaban en la vereda pero no vi el dibujo con tiza porque yo estaba echado en el piso. Aún así supuse que estaba ahí.
-Parece algo de otra época, ¿no?
-Rayuela... -repitió, relamiéndose los labios-. Habría que ir y decirle a esos chicos que la rayuela es la única cosa de la vida en que se llega a la meta saltando, salteando...
Siempre volvía más pesimista que de costumbre cuando se ausentaba unos días. Así empecé a sospechar que en esos raptos intentaba buscar a su familia, o que la visitaba, pero nunca pregunté.

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