jueves, 9 de febrero de 2012

La tardecita

Hoy por un momento respiré. Abrí los ojos, me saqué los anteojos y miré alrededor. La tardecita estaba tranquila, diría que la calma se vistió de tarde. Apagué la compu, aparté la silla, levanté del todo la persiana y saqué el mosquitero de su lugar. Mirando nada y sin dejar de mirar pensé en la última vez que sentí así, que sentí eso. Antes toda mi vida era sentir eso, y hacerle nada. Cuándo fue la última vez que pensé historias para el musgo de la pared, cuándo fue la última vez que vi la mutación de las nubes. Cuándo fue la última vez que escribí una canción, o que empecé un poema sin saber cómo terminarlo, cuándo fue la última vez que escuché, como si fuera por primera vez, somewhere over the rainbow. Cuándo fue que dejé de imaginarle historias a la gente, cuándo fue que dejé de preguntarme cómo eran mis papás de nenes. Cuándo fue la última vez que me dejé llevar por una canción que no conocía, cuándo fue la última vez que creí escuchar que un duende reía. Cuándo dejé de jugar con jueguetes, cuándo dejé de pensar en barriletes, cuándo dejé de extrañar todo esto, cuándo dejé de ser todo esto.
Hoy, en un momento que respiré, sentí un ataque al corazón. La tarde anochecía y era la calma personificada. Escuchaba coches y bocinas que volvían a sus casas. Me sequé la cara y fui a la cocina para charlar con las cucharas.

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