jueves, 16 de febrero de 2012

Fotos de fantasmas

Me gustan las fotos. Me gusta la fotografía en general, y las cámaras, y sacar fotos por mi cuenta, con mi propia cámara y mis propios dedos. Ver el mundo en un encuadre es lo que me gusta, secciones de realidad, ponerle bordes arbitrarios al ojo, acomodar las cosas adentro de esos bordes. Soy bastante minucioso al respecto, cuido las composiciones, busco la forma de eliminar todo objeto, luz o sombra que moleste a la retina o que distraiga, le doy veinte vueltas a cada cosa, agarro así, pruebo asá, me trepo a una silla y me tiro al piso, saco tantas fotos como haga falta.
Es por eso que me molestó una serie de fotos que saqué hoy. Estaba jugando con una sombrilla y una pelota de playa sobre el asfalto del estacionamiento del supermecardo que se incendió, cuando de repente, al poner zoom en una de las fotos que acababa de sacar, vi caras. Caras blancas, blandas, alargadas, de profundos ojos negros, pelos erizados y bocas caídas, caras asomándose por cada hueco del edificio quemado. Entonces levanté la vista y miré directo a la construcción, mitad derrumbada y con grandes manchas del humo, y no vi ninguna cara. ¿Qué hacían ahí en la cámara entonces? Volví una foto para atrás y vi que las caras estaban también en esa. Saqué una foto nueva y las caras volvían a aparecer. Esto no sirve así, me dije, borrando todas las fotos de la memoria de la cámara con violencia. Esas caras distraen la atención. Plegué la sombrilla, guardé la pelota y me volví a mi casa.

1 comentario:

A ver qué tenés para decir...