Y desde entonces no lo volví a ver. Nadie lo volvió a ver: se convirtió en algo así como una leyenda.
Lo más gracioso es que ahora quieren hacerle una película, pero nadie tiene idea qué es lo que le pudo haber pasado a alguien que se cansó de comer y de tener hambre al mismo tiempo. Algunas estupideces parecen no tener límite.
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