sábado, 13 de marzo de 2010

Condición humana XXXVII

Su trabajo era simple: le daban tiritas de papel y una abrochadora llena de ganchitos. Él tenía que agarrar dos papelitos, pegarlos uno al otro y abrochar una punta. Luego abrirlos por el otro extremo y juntarlos de nuevo dándoles la vuelta, de tal forma que quedara formado un corazón, y volver a abrochar. Su trabajo consistía en formar esos corazoncitos de papel, nada más. Se creería que era fácil y que, salvo pincharse un dedo en un descuido o rasgar un poco un papel, nada podía salir mal. Pero sucedió lo peor: cuando todos los corazones estuvieron abrochados, descubrió que al final le quedaba un solo papel.

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