Después llegan los títulos, y si no cortaste a tiempo, la serpiente que se te enroscó en el pecho no te suelta, y tenés que escuchar toda la canción de los créditos simplemente porque se está mejor de esa forma que afuera de la puerta.
viernes, 12 de marzo de 2010
Koi suru
Es curioso lo que pasa cuando uno se deja llevar en su bote (barquita individual) sin más que mirar el timón. A lo mejor la corriente te muestra tu misma historia, pero cuando le pasó a otro tipo en Tokio, y que la volvió a repetir en Europa. Sin embargo no deja de ser tu historia contada desde otros ojos. Sea cual sea la vajilla, sabés que tiene el mismo sabor.
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