lunes, 7 de junio de 2010
La Hecatombe
Cuando fue llegando el fin del mundo casi todos murieron. Y finalmente quedaron sólo cinco: un cineasta norteamericano, un millonario francés, un cura ortodoxo griego, un chino cualquiera y un chico con síndrome de down. Cuando se encontraron, en el último santuario de paz, el cineasta se propuso hacer una película documental de lo que pasaría a continuación y de sus experiencias personales. Pero al poco tiempo empezaron a morir: primero un monstruo gigante se comió al chino, como era de esperarse. Después el millonario los quizo cagar a todos subiéndose a un bote, pero le salió mal y se murió él. Después el cura se sacrificó para que el cineasta y el chico sobrevivieran del ataque de los volcanes inteligentes y, cuando quedaron sólo ellos dos y su película, el cineasta supuso que era el momento indicado para que el chico, comprendiendo sus limitaciones y sus escasas probabilidades de devolver ser significativo en el curso de la historia, sucumbiera. Pero pasó que la cámara filmadora se convirtió en una bomba y lo mató a él, al cineasta. El chico con síndrome de down murió unos días después.
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