viernes, 1 de enero de 2010

Pelusa celestial

Si uno mira el cielo un día despejado, probablemente verá volar cosas. Aviones, pájaros, mosquitos, y también pelusas. Creo que las llamaban barba del diablo, pero para mí son telarañas: a veces se las ve volar estiradas cuan largas son, tiradas por el viento, pero a veces son pelotitas, como plumas de paloma volantona. Y sólo hacen eso: cruzan el cielo en una dirección.
Una persona normal no se asombraría ni nada, porque sólo ve pelusas que surcan el cielo, y pájaros y aviones o insectos. Pero alguien como él no, porque él ve más allá de las cosas: así como les cuento, descubrió que esas pelusas son un mensaje cifrado en código morse, y hoy se pasó todo el maldito día al sol, con su vincha de visera y su cuadernito, anotando el mensaje: pelusa larga (tres minutos después) pelusa larga (tres minutos después) pelusita redonda. Todo el día haciendo eso eh, pero no me quiso leer la traducción. Tiene pinta de ser algo importante.


Como a todo en esta vida, se le puede atribuir un gran significado: no tendí la cama en todo el día, por eso me acostaré la primera noche del 2010 en la cama tal cual estaba la última noche del 2009. Casualidad o vagancia, pero puede transformarse en costumbre.

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