lunes, 25 de enero de 2010

Unos sí y otros no

Hay detalles que suelen aparecer en alguna historia porque son detalles interesantes: por ejemplo el típico heladero que, cuando le pedís poquito de menta, te llena medio kilo de menta. O la foto de algún antepasado que parece seguirte con la mirada desde el retrato. Sino la tecla del control remoto que dejó de funcionar al mes de comprar la tele. Cosas así, decía, pueden llegar a aparecer en una historia, porque le dan un cariz especial y realista a la historia más descabellada. Pero hay otros detalles, como la cinta papel que está sobre la tecla luminosa de la zapatilla, que se reseca en invierno y en verano se despega, o los auriculares rotos que siempre guardo en el cajón de las medias, que difícilmente sean detalles que aparezcan en una historia. Son detalles hermosos que quedan mecánicamente excluidos de la realidad literaria, una lástima y una necesidad.


La canción loca que te deja volar sin nar ni có ni tos.

2 comentarios:

  1. los detalles no quedan excluídos porque ya los escribiste, por otra parte mi cajón de medias siempre guarda pares de tres nunca encuentro la cuarta, y tengo frascos y latas y cositas raras que siempre guardo con otras cositas raras que algún día pienso me van a servir, aunque sea para mirarlos y tenerlos entre mis manos otra vez.

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