viernes, 2 de octubre de 2009

Salí temprano

Hoy fue un viaje en tren raro. Para empezar, había dos tipos con unos cachorritos hermosos y súper tiernos. Hasta un vendedor ambulante les acarició la cabeza con ternura. A un lado había un viejo con cara de Hannibal, pero parecía bueno, y aunque en su interior escondiera deseos de devorarse a los cachorros, a mí me pareció que los miraba con cariño. Adelante había un tipo que era igual igual a mi cuñado, salvo que era petizo y flaquito. Pero era igual eh. Durante un par de estaciones viajaron dos gordos altos que son la bajada a la realidad de los típicos "malos tontos" del animé, que además de malos y tontos son torpes, con peinados raros, gordotes (si son mafiosos son más gordotes), de proporciones feas y gestos desagradables. Llevaban unas bolcitas con comida, así que debían ser buenos a pesar de todo. Y finalmente apareció una vieja que tenía la misma cara de los cachorros. Sin embargo no daba ternura: era vieja, no cachorra.

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