No hacer nada, relajar, mirar de reojo e ignorar. Un día decir basta y por una semana aplicar la disciplina. Luego aflojar un día, al día siguiente disminuir la intensidad. Nunca más pensar en eso. Mirarlo de reojo, ignorarlo. Y volver a decir basta varias veces más. Es la clave para la mediocre y esporádica sensación de felicidad.
Es lo que pasa con los power gym en casa.
martes, 27 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
A ver qué tenés para decir...