jueves, 22 de octubre de 2009

Modorra matutina

Hoy soñé cosas por demás divertidas y locas y reales (¿viste cuando cuesta distinguirlas de lo que no pasó?), y al momento de despertarme sentí esa modorra especial y hermosa: es como si en la piel y la sangre tuvieras un bálsamo espectacular. Te quedás quieto, pero no quieto de persona que espera el colectivo, sino inmóvil, estático totalmente, como una serpiente; ni un músculo se mueve y sabés que podés quedarte horas y horas así sin que se te adormezca ningún músculo (de hecho al despertar sentí que hacía días que estaba en esa posición).
Recién ahora se me está llendo esa modorra embalsamadora. ¿Y sobre qué fue el sueño? Ya sé cada vez menos, pero había alguien llamada Uma (tan repetido últimamente) y yo atropellaba gente en bicicleta, y googleaba palabras haciendo pis (en una jarra en una heladera, no preguntar).


La vez pasada esa vieja que vive adentro me confesó: yo era inteligente porque vivía entre idiotas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A ver qué tenés para decir...