viernes, 30 de octubre de 2009

Mi reino por una laucha

Día insoportable calor. Subtes cada 3 minutos ¡las pelotas! Trenes cada 10 minutos. Todos ensardinados, por supuesto, y el calor. Criqueteando para meterse hasta que cierran las puertas. Siempre resulta que el de cara más chistosa del vagón queda último se tiene que apretujar contra el vidrio, y la gente en la estación se puede reír de él (pero nunca lo notan). Una vez adentro es todo espaldas mojadas, cejas que arden los ojos, pies patinando en medias sudadas, incómodo todo. En esa situación lo peor: no una cucaracha (que se sabe hay montones como en cocina de restorán, no), algo peor: como callejón atrás de restorán chino. Ratas.
Sí, con el calor en la superficie, los subtes se restoranean chinescamente. Y la gente... ni te cuento.

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