martes, 20 de octubre de 2009

Condición humana XXX

A veces se siente un alambrecito en manos de un nene (¿por qué nene?) que lo dobla para un lado y para el otro, para un lado, y para el otro.


No sé si es muy buena o muy mala (dicen que fue la mejor del 2007). No sé si la trama estaba bien pensada, porque las cosas no cuadran como me gustaría que cuadraran (más allá de eso, es muy japonés), o tal vez es eso mismo, que las cosas no queden bien, lo que lo hace más cercano y real a la vida cotidiana (aunque de cotidiano no tengo un pomo). Y el final: cómo hacen que un final un tanto pedorro, triste por demás, omisor de los malos momentos y aparentemente feliz, se transforme en una gran intriga (aunque no deja lugar a serias dudas) con sólo una imagen inmóvil de dos latitas vacías sobre una mesa, un segundo antes del final (y el sonido que lo acompaña, claro).

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