sábado, 7 de noviembre de 2009

Condición humana XXXII

Tenía la costumbre de ser detestable por lo insoportable de su insistencia ante la vida. Por eso quedó solo solito cuando murió su abuela, y desahuciado le rogó a la vida una explicación: ¿por qué tengo que ser tan insoportable?, le preguntó una y otra vez. La vida le dijo la verdad: porque no te queda otra alternativa, alguien tenía que ser insoportable y te tocó a vos. Pero a él esa respuesta no lo convencía, y siguió preguntándole a la vida, una, otra y otra vez, y varias veces obtuvo la misma respuesta. Y siguió preguntando con ahínco, sin cansancio, siempre de pie y llorando. Pero la vida dejó de responderle. Insoportables como él no entienden o no quieren entender.

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