jueves, 30 de junio de 2011

Coleccionables


Love, emocion.

Martes 28 de Junio: En la calle Paraná al 50 hay una caca de perro impresionante. Sinceramente es tan grande que quizás no sea de perro. (Tal vez sea de varios perros con idéntico tracto gastrointestinal, o de un vagabundo que tuvo la panza llena).
Miércoles 29 de Junio: En un mes renuncio, o como digo yo: me jubilo. Respecto al sorete que vi ayer en la calle Paraná al 50, hoy estaba pisoteaedo. Lamento aquellos desprevenidos que pusieron su pie sobre el montículo escatológico, pero realmente debían ir muy desprevenidos. Es como cabecear un poste de luz. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debería tener un escuadrón especializado en estos casos, cosas así no pueden quedarse en las veredas.
Jueves 30 de Junio: En la calle Paraná al 50 el sorete sigue ahí donde lo plantaron, sólo que más marrón y más aplastado. Pero no creo que nadie lo vuelva a pisar: le han clavado una banderita del imperio Británico, muy cómica por cierto, que flamea alegre con el viento de las piernas apuradas y las valijas de carrito.

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