Florencia.
Hay algo casi poético al tomar el té caliente con los anteojos puestos. Uno respira fuerte y se empañan los cristales; uno deja la taza en la mesa y de a poco se esfuma la plateada cortina de humedad. Vuelve a ver el mundo, vuelve a ver la taza. La levanta, toma un sorbo profundo, respirando fuerte dentro de la taza, levanta el vapor hacia los anteojos...
Es muy divertido hacerlo :)
ResponderEliminarSiempre tan Rafa...
Preciosa la foto y precioso el texto. Besos muchos.
ResponderEliminarMelusina