viernes, 1 de julio de 2011

Horacio al tomar café

Nadie hubiera creído que Horacio, el poeta que exaltaba la alegría y la solidaridad, alentara para sí mismo pensamientos tan sádicos. Por ejemplo, mientras a la mañana se tomaba un café, miraba atentamente a la señora vieja que trabajaba en su casa mientras ella le preparaba unas tostadas. Uno creería que en realidad miraba absorto los remolinos del vapor del café o el brillo opaco de la pileta de la cocina, pero en realidad, para sus adentros, pensaba: "que se rebane el dedo... que se corte así tengo la excusa de estrujarle bien fuerte esa mano raquítica... que se rebane un dedo la vieja..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A ver qué tenés para decir...