sábado, 25 de junio de 2011
Horacio al despertarse
Nadie sospechaba que Horacio, el poeta que le cantaba a la ternura y la inocencia, pudiera tener costumbres tan extrañas. Por ejemplo, cuando se despertaba temprano, apenas saliendo el sol, una de las primeras cosas que hacía era abrir la persiana y la ventana (no importa cuánto frío hiciera) y escuchar el lejano murmullo de la autopista. Como un gigantesco panal, como un río en el bosque, era increíble cómo se escuchaban las ruedas sobre el asfalto desde su habitación. Horacio cerraba los ojos, se abrazaba las rodillas, y sin que nadie viera nada sombrío en su rostro indulgente expresión de beatitud, murmuraba para sus adentros: "un choque en cadena... si tengo suerte hoy escucho un choque en cadena... en cualquier momento se matan..."
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