Estoy mirando a lo lejos a ver si llega el colectivo. En eso veo dos flacos que se acercan al kiosko intercambiando miradas sospechosas entre ellos. Inmediatamente pienso lo peor y miro al kioskero gordo, tratando de advertirle con la mirada. Sin embargo él no me ve y se dedica a atender a uno de los dos flacos, que lo mira fijamente mientras su compañero relojea el kiosko alrededor. Está servido, pienso, pero sin llegar a ningún desenlace nefasto el pibe paga y se van los dos del kiosko. Todo tranquilo, falsa alarma. Me los quedo mirando, sorprendido, sin advertir que el kioskero barbudo, que había ido a la librería de la esquina, volvía por la vereda opuesta observando toda la escena, y especialmente observándome a mí. El kioskero barbudo llega junto a su amigo, el kioskero gordo, y le dice "tené cuidado con ese que se hace que está esperando el bondi, recién lo vi no dejaba de mirar acá, con demasiada atención".
[Con la inmersión de la cultura en Internet, en el futuro va a morir un famoso y va a pedir que su epitafio diga "Fulanito de Tal: googlealo".]
viernes, 28 de octubre de 2011
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Buenisimo loco!! Tal cual... jajaj!!
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