viernes, 9 de septiembre de 2011

Entiendo la palabra paz

Estoy volcado sobre mi cama tendida, la ventana abierta deja entrar al sol; ni el mosquitero lo incomoda. Los pelos de gato vuelan atravesando la luz como blancos aladeltas. El gato ronronea y me siento como él: satisfecho. A lo lejos escucho pájaros, autos y una avioneta de la municipalidad haciendo publicidad del intendente. Qué me importa el intendente ni los autos, si ni a mí ni al gato nos afecta, qué me cambia, qué interesa, si diminutos fantasmas siguen volando en los pelitos blancos, divertidos, alrededor. Por un momento entiendo el significado de un santuario. Por un momento sé lo que es mi paz.

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