martes, 20 de septiembre de 2011

Aguada

Federico hizo mucho para conquistar a Marina. Estudió comentarios inteligentes y fue a un taller de teatro para parecer espontáneo, leyó los cinco tomos de Los grandes conquistadores y después poesía latina para cimentar los conceptos que luego estudió leyendo novelas románticas y rosas. Finalmente Federico le cayó bien a Marina y pudo invitarla a comer a un McDonals al salir de gimnasia. Charlaron sobre arte, que tanto le interesaba a Marina, y fue tan exitoso que al despedirse Marina le dijo "Fede sos la tinta de mi aguada" y lo abrazó y le dio un beso; en ese momento Federico notó que después de un año de preparación no sabía qué significaba un comentario de ese tipo, ni sabía qué hacer con el pronunciado bozo de Marina, nunca antes detectado, que le hizo cosquillas abajo de la nariz y lo obligó a soltar la carcajada.

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