sábado, 30 de julio de 2011

Sobrevivir es la sombra

Tengo que conocer el mundo, lo más lejos y profundo posible. Tengo que hacerlo porque sino voy a morir a causa de depresión, ira, disconformidad, desesperación, gula y toda clase de estados mundanos que corroen el alma. Y sé que la única forma de vivir es esa: poder describir la vida de los pescadores de la India, los mármoles de Bernini en la Villa Borghese, los inviernos de Rusia, las curiosidades de los pueblos de Japón, el olor del Pacífico a la noche, el sonido de un oasis. Ésa es la única forma de vivir.
Hay otra forma, más baja, que es la de sobrevivir a fuerza de excusas: que había que estar loco, que la economía lo impidió, que no había quién me acompañara, que justo conocí a esa chica, que en ese momento pensaba en otras cosas. Pero si sucede eso y me vuelvo viejo y llevo una rutina común te necesito presente para que me recuerdes que vivir es la forma, que sobrevivir es la sombra, y que me insultes, me desprecies, me atosigues y, llegado el momento, te conviertas en mi kaishaku.

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