lunes, 8 de noviembre de 2010

Mano Frenética

Ya no pintas cavernas ni fabricas aviones, Mano Frenética, ni exploras el magma ni construyes rampas para llegar al cielo. ¿Qué pasó, Mano Frenética, que antes inventabas submarinos para nadar con las ranas y carreteras que te llevaban desde la ciudad en la que apilabas torres hasta la ciudad en la que almacenabas huertas en rascacielos, qué pasó que ahora no haces más que garabatear, melancólica, en las ruinas de lo que tú misma hiciste y dejaste corromper? ¿Qué sucede ahora, Mano Frenética, Mano Nostálgica? ¿Perdiste la curiosidad por investigar más sobre los bichos bolita o por mirar más de cerca a las estrellas, o es que crees que ya no vale la pena, que no llegarás a ningún lado de ningún modo y que siempre estarás demasiado lejos de la última meta? ¿Es que te has enamorado, que te has herido en un laboratorio secreto, que descubriste que morirás mañana, en un año? ¿O es simplemente, Mano Frenética, Mano Nostálgica, que la energía que antes dedicabas a destruir y construir y calcular y rehacer ahora la utilizas para soñar en destruir, para soñar en construir, para soñar en calcular y para soñar en rehacer?

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