sábado, 9 de junio de 2012

Sentado en la ribera solo solo

No te queda bien el maquillaje, así que no te pintes sin espejo. Recordá el invierno: el frío que te partió los labios, el viento que enfrió tus piernas, ¿qué es hoy? En la memoria no hay frío que valga la pena, en el pasado no hay nada que me detenga. Yo no abandono lo que tengo pero tampoco lo juego, no sigo más reglas que las del impulso reprimido, la triste indecisión, la intriga obvia, el pan comido. Dulce palomita sobre el cable ve el amanecer, ¿por qué no volvés al nido? La bruma se despeja, el cielo vuelve turquesa, el viento helado te vuelve a enfriar las piernas. No hay nada para esperar, sólo muchas cosas para ceder y empujar. No te maquilles que el ojo no ve el polvo de color: las manos sienten la carne, el olfato huele la piel, la boca extraña tu sabor.

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