domingo, 19 de enero de 2014

Buenos Aires, país tropical

El sol se mete vertical en la pileta como si fuera aire, transparente y embriagado en burbujas doradas. Las chicharras cantan a medianoche. Una tormenta de primavera mojó el paisaje y se evaporó. Una bandada de pájaros migrando hace muchedumbre en las copas de los robles, y en la vereda la gente se apresura para esquivar las cagadas. Un trapito se sienta en una sombra, no hay autos. Una luciérnaga solitaria consiguió compañía después de una semana, ahora pasean por el jardín. Mi dormitorio permanece cerrado, hasta que por capricho lo dejo respirar, cuando llueve, sólo cuando llueve. Mi sonrisa se endurece en el dolor hasta que la dejo respirar, cuando llora, sólo cuando llora.

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